La retribución en especie es una de las formas que existen de compensar al trabajador por los servicios prestados, pero tiene un régimen jurídico y fiscal algo diferente a la retribución económica, y se establecen una serie de limitaciones para evitar que alguien pueda acabar cobrando todo su salario en especie en lugar de en dinero.

Qué es la retribución en especie

Las retribuciones en especie forman parte del pago al empleado por su trabajo, con la particularidad de que, en este caso, el abono se hace a través de bienes o servicios.

Dado que tienen un valor económico, y para quien las percibe tienen la consideración de ingreso, su valor debe quedar reflejado en la nómina. Algunos ejemplos de retribuciones en especie son:

  • Cesión gratuita del uso de una vivienda.
  • Préstamos a un tipo de interés menor.
  • Cheques guardería.
  • Coche de empresa.

Beneficios de la Retribución en especie

Permiten al empleado ahorrar

La retribución en especie siempre tiene un valor económico. El empleado no recibe dicho valor, pero el bien o servicio que recibe a cambio le reporta un ahorro económico que puede llegar a ser muy importante para él.

Por ejemplo, si a un empleado se le ofrece como retribución en especie un cheque guardería, esto implica que podrá conciliar mejor su vida personal y laboral, y, a la vez, se ahorrará cientos de euros cada mes, porque no tendrá que cubrir ese gasto de su bolsillo.

Ayudan a retener el talento

Aunque la retribución económica es algo que los empleados tienen muy en cuenta, la retribución en especie también funciona como herramienta para atraer el talento a los procesos de selección y retenerlo una vez que está en la empresa.

Así, si un empleado recibe como parte de su salario el derecho a usar un coche de empresa, será más complicado que decida marcharse a trabajar en la competencia, porque, posiblemente, allí no pueda disfrutar de ese beneficio y tenga que invertir en comprarse su propio coche para ir y volver al trabajo.

Mejoran la calidad de vida del empleado

Muchas de las retribuciones en especie están relacionadas con la salud, el bienestar y la conciliación, como los cheques guardería, el pago de las cuotas de gimnasio o de un seguro de salud privado.

De esta forma, los trabajadores se sienten mucho mejor y están más motivados para hacer su trabajo, lo que también beneficia de forma directa a la empresa.

Suponen un ahorro fiscal

Como acabamos de señalar, la empresa se va a beneficiar de forma directa de que sus empleados estén más motivados y sean más productivos, pero también va a conseguir un importante ahorro fiscal si aplica la retribución en especie, porque algunas de ellas están exentas de tributación.

Cuánto se puede pagar en especie

Cobrar parte del salario en especie reporta ventajas, pero nadie podría vivir solo de un salario en especie y, precisamente por ello, nuestro ordenamiento jurídico ha regulado esta cuestión con el objetivo de evitar abusos.

Sin importar si las retribuciones en especie percibidas están sujetas o no a tributación en el impuesto de la renta de las personas físicas (IRPF), este tipo de retribuciones no podrán superar un 30 % del total de las percepciones salariales que recibe el trabajador.

Además, la cantidad percibida en dinero debe ser, como mínimo, equivalente al salario mínimo interprofesional (SMI). Es decir, si hay un trabajador que por convenio debe cobrar el SMI, no se puede reducir su retribución económica a cambio de una retribución en especie.

Además, para que pueda haber salario en especie, esto debe estar recogido en el convenio colectivo de aplicación, o debe haber sido acordado de forma expresa o tácita entre las partes implicadas en la relación laboral.

Cómo figura el salario en especie en la nómina

La configuración de la retribución en especie en nómina es importante para asegurarse de que todo se está haciendo de forma legal. En la nómina, la remuneración en especie se computa como parte del salario. Por eso, cada uno de los bienes o servicios percibidos debe aparecer claramente indicado y desglosado, especificando su valor.

Esto tiene implicaciones a nivel fiscal y de cotización, porque el valor de esa percepción en especie se tendrá en cuenta a la hora de determinar cuánto debe cotizar el empleado a la Seguridad Social, y sobre el total del valor de las percepciones económicas y en especie se aplicará la correspondiente retención de IRPF.

Además, la jurisprudencia ha determinado que el valor de las percepciones en especie también debe ser tenido en cuenta cuando llega el momento de calcular la indemnización por despido que le corresponde al trabajador. No hacerlo así puede implicar que el despido sea considerado como improcedente.

La retribución en especie puede tener efectos muy positivos para empleados y empleadores, pero se debe aplicar bien para estar dentro de los márgenes de la legalidad. Si deseas aplicarla en tu empresa, puedes contar con nuestro equipo de expertos en nuestra asesoría en Murcia para que te asesoren.

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