Las personas jurídicas son entidades dotadas de personalidad propia y que pueden operar en el mercado. Pero detrás de ellas debe haber un equipo humano que se encargue de la gestión y de la administración, de ahí que podamos hablar de la figura del administrador solidario.

Se trata de un rol esencial dentro de la empresa, que lleva aparejadas una serie de responsabilidades que deben ejercerse siempre de buena fe y buscando el mayor beneficio posible para la entidad administrada y sus socios.

Qué es un administrador solidario

Es la persona que se encarga de las labores de gestión y administración de una persona jurídica. Quien ejerce como tal tiene amplios poderes de decisión sobre las actuaciones que llevará a cabo la persona jurídica administrada, sin necesidad de contar para ello con el beneplácito de los socios.

Son precisamente los socios quienes nombran al administrador solidario, acto en el que se entiende que le transfieren esa responsabilidad y capacidad de decisión sobre la empresa. Por tanto, los actos del administrador vinculan a los socios y a la sociedad.

Quién puede ejercer este rol dentro de una empresa

Por el grado de poder y de responsabilidad que ostenta el administrador único, podríamos pensar que debe ser necesariamente uno de los socios del negocio, pero no es así. Si un socio ejerce también como administrador, será retribuido, porque se entiende que está realizando un trabajo.

No obstante, la legislación no establece que el administrador tenga que ser un socio. La junta puede delegar esta función en una persona ajena a la misma. De hecho, es posible que más de una persona ejerza como administrador de una sociedad, en cuyo caso hablamos de administradores solidarios.

Para acceder a un cargo de este tipo basta con ser mayor de edad y no estar incapacitado o inhabilitado por ley para este trabajo. Además, existen algunas prohibiciones específicas, de forma que algunos funcionarios no pueden administrar un negocio (por la existencia de un posible conflicto de intereses), y tampoco quien ha sido condenado penalmente a una pena de inhabilitación para la administración de sociedades.

Responsabilidades y funciones de un administrador solidario

Vamos a diferenciar entre las funciones que puede asumir el administrador solidario de una empresa y la responsabilidad que le corresponde.

Responsabilidad

Si quien ejerce como administrador lleva a cabo un acto u omisión contrario a la ley, a los estatutos de la entidad a la que representa, o incumple los deberes propios de su cargo, si hay dolo o culpa por su parte, debe responder frente a la sociedad, frente a los socios y frente a los acreedores de la entidad.

Esta responsabilidad se puede extender a las deudas tributarias de la sociedad, e incluso a las sanciones que Hacienda pudiera imponer a la misma así como a las deudas con Seguridad Social.

Funciones de un administrador solidario

El administrador actúa siempre con total autonomía y autoridad a la hora de tomar decisiones que van a vincular a la sociedad y a sus socios; es decir, que no necesita que sus acciones sean aprobadas por la Junta de socios.

Sus funciones se extienden a todo lo que sea necesario para gestionar la sociedad y que esta cumpla los fines para los que ha sido creada, lo que incluye:

Representar a la empresa en sus relaciones con terceros

El administrador es la “cara” de la entidad frente a los proveedores, los clientes, e incluso frente a la Administración. Es con él con quien se llevan a cabo las negociaciones y también las comunicaciones de tipo oficial.

Planificar la actividad de la empresa

Definiendo los objetivos y metas a alcanzar, y estableciendo un plan de actuación para llegar a ellos. Esto implica tomar decisiones en cuanto a la estructura jerárquica, el reparto de responsabilidades y de tareas.

Se incluye dentro de esta función la de llevar a cabo la contratación y despido del personal, e incluso el poder para designar como administrador a una tercera persona que se encargue de realizar ciertas labores en nombre de la empresa.

Gestionar el funcionamiento diario

Esta función incluye todas aquellas tareas que son necesarias para el buen funcionamiento del negocio. Como la toma de decisiones comerciales o ejecutivas, la contratación de proveedores, las decisiones sobre expansión a nuevos mercados o la contratación de un crédito para realizar una inversión.

El administrador es, en realidad, quien se encarga de la dirección y gestión de la empresa, aunque no tenga la condición de socio de la misma.

Acertar al elegir el administrador solidario tiene mucha importancia en todo lo relacionado con el devenir de la empresa. Aunque esta figura tiene responsabilidad a diferentes niveles en caso de cometer irregularidades, es importante elegir a alguien capacitado y de confianza, tanto como lo es tener al lado a una asesoría que te ayude en todo lo relacionado con la gestión de tu negocio. Si necesitas una asesoría en Murcia, estamos a tu disposición.

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